Hay un bote de basura en el piso más alto

Las paredes se construyen en ángulos rectos, 90º partiendo del suelo. Las paredes delimitan los espacios. Y cuando se unen las mentes, los límites se fortalecen dando inicio a un proceso de modelado y reestructuración mental.

Mi estancia como estudiante en el ITAM fue delimitada por un margen de seis meses; tiempo que me tomo entender que los muros a construír no iban a erguir una Torre de Babel que me lleváse al cielo.

El caminito a la escuela se vio modificado.

Habían señales. Evidentemente no les puse mucha atención.

Para empezar: la clase de 7:00 era un poquito complicada (solo un poquito).

A pocos alumnos les gustaba.

Muchos de ellos tenían mala postura debido a la escasez de sillas que sufría la Plaza Roja (la plaza central del campus).

Los pasillos eran muy angostos, o tal vez todas las clases terminaban a la misma hora.

Los proyectores tendían a dejar letras tatuadas en la piel.

Pero también debo admitir que algunas clases eran bastante buenas.

Al profesor Mansur no le gustaban las fotos.

Y curiosamente los espacios podían llegar a ser algo contrastantes.

También las personas.

Habían pasadizos secretos.

Ah, y también un bote de basura, ese, aquel que esta en el piso más alto del estacionamiento. Ese en donde todo acabó.

Fotorgrafías capturadas con técnica análoga durante el semestre de otoño 2018

 

1 comentario sobre «Hay un bote de basura en el piso más alto»

  1. Leonardo dice:

    Excelentes fotografías y buena abstracción de los contrastes innerentes al ITAM.

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