COCHECITOS QUE SON DE PIEDRA

Yo pienso en muñecas. Cuando pienso en los juegos de mi infancia pienso en muñecas, sí, el estereotipo mismo. También jugaba a saltar la reata, a la memoria, a pintar con crayones, a la cocinita y a la familia. Nunca jamás con un rompecabezas o juegos de nintendo que los “niños” no dejaban a las “niñas» jugar. Pienso en mis muñecas, en peinarlas y vestirlas, en llevarlas a todas partes como mi compañía. 

Hace unos meses llegué a un lugar en el que toda la congregación pensaba en carritos de carrera cuando pensaban en su infancia, pero sobre todo cuando pensaban en su presente. Un grupo sumamente particular y jovial, único en su clase y sumamente pasional. Uno que se aferró a una afición compartida y atemporal que nació durante los primeros años de vida de los participantes. Hablo de una carrera de carritos a escala, de esos con los que alguna vez se jugaba sobre las banquetas en las pistas dibujadas con gis, de una carrera de carritos armados y pintados a mano. Se jugaba con los vecinos, los amigos, los primos y los hermanos, y así como en ese entonces era un evento, hoy lo sigue siendo.

La única conclusión que encuentro es que las aficiones que convocan a la infancia la vuelven eterna, y a la vida sincera (pues eso de que lo que hacíamos de niños es lo que a nuestra alma realmente le gusta, no creo que sea tan mentira); reviven los recuerdos y traen la tradición como sangre bombeando a un corazón que a pesar de las experiencias ya vividas tiene una memoria que no le falla. Queda hechizado por las mismas sensaciones características de sus primeras etapas y evoca a aquel niño que soñaba con los sonidos de las pistas de carrera y las imitaba sobre las banquetas de la cuadra, ese que quería ganarles a todos y ganar el trofeo de la colonia. A ese niño lo trae de vuelta y le construye una pequeña casa con paredes de Lego y Resistol para que jamás olvide y jamás se vaya.

Y aunque yo piense en muñecas y ellos en coches, al fin y al cabo, todos seguimos siendo niños. (Que no se nos olvide)

Un agradecimiento especial a todos los sujetos que me permitieron retratarlos y convivir con ustedes, fue verdaderamente alegría verlos jugar. (Todas las fotografías fueron tomadas en el 2019)